Barcelos, Navidad de 2025
Vivimos en una época en la que la tecnología ocupa todos los rincones de nuestros hogares. Luces que se encienden solas, sistemas que responden a la voz, aparatos que anticipan rutinas y pantallas capaces de simular casi todo. La eficiencia es máxima, la comodidad es inmediata... pero, a veces, falta lo esencial: el calor.
Cidália lo siente todos los días. Vive en una casa totalmente automatizada, donde todo funciona a la perfección y sin esfuerzo. Y, en esta Navidad, se da cuenta de que hay algo que ninguna máquina puede ofrecer: la sensación de pertenencia, de tradición y de calidez que solo la vida real proporciona.
Es entonces cuando su hermana la invita a volver al pueblo. Una invitación sencilla, pero capaz de reavivar recuerdos que nunca se han borrado. Al llegar, Cidália encuentra la estufa de leña encendida, la madera crepitando y el aroma del pollo relleno envolviendo la cocina. Hay risas, pasos apresurados, conversaciones de siempre, esas que calientan más que cualquier dispositivo. En ese instante, se da cuenta de que nada es perfecto, nada es instantáneo... pero todo es genuino.
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