PARTE II
En este texto, sólo trataremos el problema de la calefacción.
Como mencionamos en la Parte I, aunque no haya filtraciones del exterior, una casa donde vive una familia siempre tiene humedad en el aire. El baño, la preparación de las comidas, las plantas y la vida normal dentro de la casa crean mucho vapor.
¿Por qué una casa mal caldeada es propensa a los olores a humedad?
La calefacción doméstica es el resultado de la producción de calor que se dispersa por toda la casa mediante un sistema de calefacción. Es muy importante saber que la calefacción calienta el aire de la casa y nada más.
Imagínese que enciende la calefacción durante unas horas al día y el aire se calienta. Te sentirás caliente y acogido. El problema de este proceso es que, al apagar la calefacción, el aire se enfría. El resultado es que, al no mantenerse caliente el tiempo suficiente, el aire no cumple otra función esencial para evitar el moho. Esa función es calentar las paredes de la casa.
Cuando vuelva a calentar la casa, habrá una gran diferencia entre la temperatura del aire y la de las paredes. Como el vapor que producimos está en el aire, necesariamente entra en contacto con las paredes frías. Este contacto hace que el propio vapor se enfríe y se convierta en agua hasta el punto de que las paredes gotean.
Como las casas están construidas con materiales permeables, como mampostería enlucida o cartón yeso, es relativamente fácil que esta agua penetre en la pared, creando las condiciones ideales para que se desarrolle un cultivo de hongos con olor a moho. Lavar las paredes sólo resuelve el problema momentáneamente, porque la fuente del problema permanece.
¿Cómo se puede cambiar la situación? Intentando que la calefacción de la casa sea constante. La pregunta comprensible que surge es el problema de los costes.
Se pueden dar dos respuestas a este problema.
En primer lugar, tratar de tener sistemas que utilicen las fuentes de energía más baratas que se puedan encontrar.
En segundo lugar, hay que darse cuenta de que entre encender la calefacción unas horas al máximo o tenerla en modo automático, lo que a menudo significa trabajar al mínimo de su capacidad, cuesta prácticamente lo mismo. Si no puedes tener la casa a 20º, pon los termostatos a 19º y eso ya supondrá una reducción considerable del gasto de combustible en el proceso de calefacción. No obstante, intenta mantener la casa siempre a esta temperatura para que haya un equilibrio térmico entre el calor del aire y el de las paredes. En este caso, está prácticamente garantizado que no aparecerá moho si la casa está bien aislada.